Marco esperaba sentado en aquel banco de madera, bajo la luz
grisácea que
desprendía la vieja farola. Hacia fresco, y se subió un poco el cuello de su jersey, para mantener un poco de calor en su cuerpo. Una ambulancia del
Samur pasó a toda velocidad delante de aquel parque. A la vuelta de la esquina estaba el Cine Continental, donde había quedado con Marta, a las ocho de la tarde, para ver la última
película de
Brat Pitt, que a ella tanto le gustaba. Eran mas de las once, y ni
aparecía Marta, ni sonaba su maldito teléfono
móvil. Marco hacia rato que sabía que Marta no aparecería, a decir verdad, se imaginaba que ella no vendría nunca a su encuentro.
La conoció en un
chat, en
internet. Era un canal de
irc que se llamaba #mayores_de_40. El hacía tiempo que lo frecuentaba, sobre todo desde que lo dejó Carmen, su esposa durante veinte años, porque ella le dijo que se le acabó el amor. El no podía quitarse a Carmen de la cabeza, porque aunque el dolor fuera tremendo por la perdida, y le guardara un gran rencor, por todo lo que le estaba haciendo sufrir, no
podía dejar de amarla. Eran muchos años juntos, y
sentía una profunda adoración por Carmen. Ella
decía que simplemente se le apagó la llama, aunque sorprendentemente, se la encendió un empresario acaudalado de su mismo barrio, un par de semanas
después de la ruptura con Marco, pero ella decía que
había sido una simple coincidencia.
Una noche de tantas, Marco entró en el
chat, buscando algo que ni el mismo sabía explicar. Sabía que en
internet no se puede encontrar el amor
directamente, sino hay un contacto físico que deje ver si la relación funciona de verdad o no. Sobre todo buscaba una amistad, alguien con quien poder conversar, alguien a quien poder confiar sus pensamientos mas profundos,
alguien con quien pasear, tomar un café o simplemente, alguien en quien pensar cuando te acuestas por la noche en tu cama, tan grande y
fría, y notas la frialdad de las sabanas en tu corazón, por no tener a nadie que lo haga latir. Buscaba todo eso, pero
también buscaba alguien a quien besar, a quien poder regalar mil caricias y gestos, necesitaba una imagen en su mente, para poder levantar cabeza.
Esa noche estaba mirando el
chat, sin escribir, solo viendo lo que
ponían los
demás en la sala, y se percató de un detalle,
había otra usuaria llamada "marta_44" que hacía lo mismo que el, es decir, nada. Le
sorprendió aquello, y le mandó un privado. En menos de quince minutos, sabia todo lo que necesitaba saber de Marta, y notaba como una pequeña brisa cálida le
subía del estomago hacia arriba. Hacia mucho que
nadie había conseguido ilusionarlo tanto, en tan poco tiempo. Marta era viuda, su marido
murió en accidente de trafico hacia un par de años, y era la primera vez que entraba en el
chat. No tenia hijos, y
tenían aficiones comunes, a los dos les gustaba el cine, el
soul y las tartas de queso.
Marco le
pidió su número de
móvil, necesitaba
oír su voz, ponerle un sonido a su
imaginación, pero ella era muy
tímida y no se lo dio, pero accedió a quedar para ir al cine.
Ella
eligio la sala y la película. Quedaron para el próximo
sábado 12 de Noviembre. Se intercambiaron las fotos para poder
reconocerse y Marco quedó totalmente prendado de Marta. La foto que Marta le
había enviado era totalmente
arrebatadora, ella tenia unos ojos grandes y con mucha vida, una sonrisa perfecta, y una belleza que superaba todas las
espectativas de Marco. Aunque pasados los primeros segundos de euforia, porque al fin
parecía haber encontrado a la persona que estaba buscando,
sintió un pellizco en el estomago, y algo le sonaba raro.
Sabia que Marta era
tremendamente atractiva, y ese tipo de mujer,
llamaría la atención
muchísimo en cualquier tipo de local o discoteca, por lo que no
necesitaría del
chat para poder encontrar pareja o amistad. Pero ¡¡ que demonios!!, se dijo Marco,
tal vez por una sola vez, la suerte me
sonrie, y soy yo el que salgo ganando.
Pero parecía que ese
sábado, la suerte no estaba del lado de Marco, cuando su reloj marcaba las once de la noche, se
dio por vencido, y
decidió irse a casa, y mandar un
email a Marta.
A ese
email le siguieron muchos mas, durante una semana, y nunca obtuvo respuesta alguna. Fue la semana mas larga y amarga que Marco
había sentido, desde que lo abandonara Carmen, pero la
decepción se
convirtió en tragedia, cuando leyendo el
periódico algunos
días después, pudo ver una noticia que lo dejó totalmente hundido.
"
Multitudinaria Misa por el alma de Marta
Cossio" y al titular, acompañaba la misma foto que su marta_44 le hubiera enviado hacia pocos
días, y donde se
podía leer un pequeño articulo, que explicaba que Marta
había fallecido, el pasado
sábado, a escasos doscientos metros del Cine Continental.
Había sido atropellada por un coche en un paso de cebra. El
samur llegó rápidamente al lugar del accidente, y fue trasladada urgentemente al hospital del sur, pero ingresó
cadáver, debido a las
múltiples fracturas que
había sufrido al salir despedida, y chocar contra otro
vehículo que venia de frente.
Marco lo comprendió todo, entendió porqué no
habian respondido a sus
emails, entendió porque no
había recibido ninguna llamada, y sobre todo, recordó que mientras esperaba en el banco de madera, pasó una ambulancia del
samur, y que dentro iba su marta_44.
La tristeza que
sentía Marco no tenia fin, su mundo se hundió en un momento, y no pudo superar la perdida de su amada.
Sentía amor por una desconocida, solo tenia su imagen, y sus frases clavadas a fuego en su
corazón. Su alma no tenia consuelo. No
había podido escuchar su voz, murió antes de conocerla, de charlar con ella, de besarla... La vida para el ya no tenia sentido, no
comprendía como iba a salir de aquello, y
decidió poner fin a todo. A la siguiente mañana Marco fue al cementerio,
encontró donde
habían dado sepultura a Marta, y se sentó a su lado. Sacó del bolsillo de su americana un pequeño frasco, sacó todas las pastillas que contenía y se las tomó. Se dejó caer sobre la tumba de marta_44. Lo
único que dejo fue una nota pidiendo que lo incineraran y dejaran sus cenizas junto al amor de su vida.